Reseña: Grant – The Acrobat


Uno de esos misteriosos personajes que parece trabajar más cómodo desde el anonimato que pueden tener los productores de música electrónica, Grant edita desde su propio sello (llamado The Lauren Bacall) y tiene desarrollada toda una estética en blanco y negro, con fotografías reminiscentes a las fotos de stock que usaran The Smiths para sus portadas.

 

El contenido aural es parecido, hay un dejo de tristeza, como si uno estuviera viendo un álbum de fotos familiares de tiempos mejores, pero también hay un par de canciones con “letra” (digo “letra” porque una es en realidad un speech al mejor estilo housero de la vieja escuela) que desarrollan aún más este feeling que está carente en mucho de lo que les ha dado por llamar deep house en tiempos recientes, este sentimiento de comunión que proviene de compartir problemas con un grupo reducido de personas…

 

Este sentimiento es difícil de explicar, pero es la razón por la cual los djs originales de disco y house utilizaban muchas veces canciones espirituales (no hay que ir más lejos que el remix de Larry Levan a Stand on the Word de los Joubert Singers,) para dejar claro que la disco era tu iglesia, el refugio temporal de un mundo que no quería a negros, latinos y homosexuales, este es tal vez el gran éxito de Grant en un track como Doris Day (con la hermosísima voz de Natalie Galpern,) canción en la que (hasta donde puedo cachar) se habla de un trabajador que apenas y la está librando, el escucha puede sentir de manera palpable los problemas e incluso identificarse con ellos de una manera más auténtica que con God Is a Dj de Faithless, en parte porque este track es el recalentado un tanto obvio de algo que suena mejor cuando no se dice. Decía uno de mis maestros de poesía que los poemas te comunican un sentimiento sin decirte cuál es de manera explícita y que eso es a grandes rasgos lo que hace a un buen poema.

 

Así pues, The Acrobat es uno de esos grandes discos de house puro; me tomé la libertad de subirlo a YouTube porque no existe digital y sólo se consigue como vinilo importado (aunque yo lo descargué de manera no tan legal en lo que me llegaba mi copia,) pero era muy importante para mí que lo pudieran oír, sobre todo en vista de que cada vez hay menos discos de house así de cohesionados y, por falta de mejor palabra, comunicativos como este.

 


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