Reseña: Floating Points – Elaenia


Si alguien está capacitado para hacer música híper musical (con todas esas cosas que mojan los calzoncillos de alumnos y alumnas de escuelas como Fermatta y Berklee) es Sam Shepard de Floating Points. Por suerte, lejos de ser esto algo que trabaja en su contra (como es el caso de Dave Mathews Band,) Shepard siempre se ha caracterizado por hacer trucos de magia en todos y cada uno de sus sencillos y EPs.

Dicho de otro modo, Floating Points es un proyecto de música electrónica que está cuidadísimo en cuanto al aspecto musical, pero que tiene la buena fortuna de que la forma no se mete en el camino del contenido, Shepard es un coleccionista serio de música y se mueve con una soltura impresionante entre estilos y referencias, pero tiene la ventaja adicional que lo hace sin un rastro de ironía y sin que se sienta como que está tratando de ser más listo que tú; al revés, lo que se nota en todo caso es un profundo amor por reverenciar a sonidos pasados llevándolos en dirección del futuro.

Elaenia es el primer larga duración de este proyecto que lleva editando cosas desde 2009, según he leído en los comments de las reseñas de Pitchfork Media y Resident Advisor, varios fans esperaban algo mucho más prendido basándose en entregas anteriores. No es el caso, Elaenia es el disco que le pondrías a tus amigos que te pedorrean porque escuchas música electrónica y no “sabes de jazz,” también es el disco que le podrías regalar a tu hermano mayor que estudió guitarra clásica (mi hermano, por ejemplo,) pero de manera más importante es un disco que puedes disfrutar mucho si te gustan las compilaciones como Back to Mine o Late Night Tales.

Muy posiblemente este disco entre en algunas listas de lo mejor del año, no sé si entre en la mía, pero sin duda lo que hizo Shepard es la continuación lógica de su trabajo con este proyecto y es muy difícil no disfrutar algo en lo que es tan notorio que el artista es el primero en pasársela bien.


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